En este libro seguimos a un niño de unos nueve años que decide escaparse de casa en el medio de una ruralidad española sin nombre, agreste, calurosa y deteriorada hasta los huesos por una sequía. No hay motivos aparentes, pero sí miedo a raudales y hartazgo de una marginalidad que ya no distingue un tipo de pobreza de otra más profunda. El niño se encuentra con un cabrero, que lo deja compartir su escasa vianda, su fogata y el espacio para dormir entre cabras raquíticas en las noches de aire empalagoso. Las descripciones sublimes hacen que la lectura de la crudeza de la vida y de las realidades que se van develando desde los ojos del niño sin nombre sean menos perturbadoras y más ancladas en la esperanza posible. Sin embargo, es un libro muy crudo, difícil para una época en que queremos ver sólo lo bonito del mundo. Crudo, pero que refleja la realidad cruda de tiempos pasados. La bella poesía del relato es la que nos lleva de la mano. #literatura #esoquelei #jesuscarrasco el link para encontrar una edición en el perfil